Historias reales que inspiran constancia
Andrea trabaja remoto y baja dos pisos con Leo tras cada videollamada. Suben tranquilos, respiran, y repiten tres veces. En dos semanas notó más energía, y Leo espera ese ritual moviendo la cola, feliz.
Historias reales que inspiran constancia
Con su gata Nube, Luis alterna persecución de pluma y lanzamientos cortos de pelota suave por el pasillo. Tres microbloques diarios de cinco minutos redujeron maullidos nocturnos, y él duerme mejor con el cuerpo satisfecho.